jueves, 26 de abril de 2012

Dentro

Mi vida antes era un océano, abierto al mundo por todos los lados, profundamente distante de las orillas. Y cubierto siempre de sal, culpable de que mis ojos siempre estuvieran brillantes. Poco a poco, cansada de no alcanzar nunca tierra, de no divisar más barcos, fui alejándome más y más, cada vez más lejos, cada vez más cerca. Me fui haciendo más pequeña, más sencilla, quitando peso a tanta agua, echando fuera todo aquello que me pesaba. Hasta que llegue a ser primero mar, después un eco, y finalmente un archipiélago calmado y suave. Y desde aquí, es desde donde contemplo el pasar del tiempo. Puedo afirmar que me hace mucho mas feliz y liviana el ser reflejo de las aguas mansas que ahora me gobiernan.
Desde aquí es desde donde pretendo escribir, no por nada, por entretenimiento, y por una necesidad vital de contar, decir, soltar, o matar a estos hijos todos abandonados que son mis pensamientos. Muchas son las ganas y los deseos de dedicar un rato de mi tiempo, siempre ocupado, en reflexionar, recordar, evadirme, ser más joven a medida vengan las edades ya vividas a golpear mi mente. Tenia muchas ganas de contar con este espacio en mi día a día. Espero ser una gota á, una gota más de este archipiélago, suficiente para sacar a cualquiera del aburrimiento, espero ser suficiente para un rato.
Y hasta que venga la marea a buscarme, plasmo aquí este primer intento, con la sensación de volver en breve.
Inevitablemente...ya estoy dentro.

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